En el Blog de Julio Mayol. El Blog de un cirujano sobre el Mundo que lo rodea. Aparece un interesante artículo sobre las dificultades y problemas que atraviesa el Sistema Sanitario Español actual. Aquí teneis el texto completo:
Repensar el sistema sanitario
Dar más poder gestor a los profesionales, profesionalizar la gestión, vencer la resistencia al cambio, ser más eficientes... Muchas son las soluciones propuestas para mejorar la situación del SNS, y la mayoría funcionarán si se consensúan y se llega a un acuerdo global.
La atención sanitaria ha alcanzado no sólo el rango de derecho de los ciudadanos, sino que se ha convertido en una infraestructura estratégica para el buen funcionamiento social. Y en un motor de la economía. Brevemente, el "negocio" en España emplea de manera directa a unos 550.000 profesionales y supone el 8.5% del producto interior bruto de nuestra economía. Sólo en el sistema público se disponen de 2913 centros de salud, 10178 consultorios y 301 hospitales, algunos de los cuales tienen presupuestos anuales superiores a los 700 millones de euros. Este gigante parece tener unos cimientos que crujen bajo el peso de los cambios tecnológicos, sociales y demográficos a los que estamos sometidos (costosos progresos técnicos, mayores demandas de calidad, envejecimiento de la población, incremento de las enfermedades crónicas...) con unos recursos limitados. Podemos debatir hasta dónde tiene que llegar el gasto, o como limitamos el acceso (para tener la sensación de que controlamos el gasto), pero más importante es decidir a qué vamos a dedicar los fondos, porque estas decisiones condicionarán el futuro.
Mayol: Si analizamos los sistemas sanitarios europeos, para no entrar en la asimétrica comparación con Estados Unidos, podemos observar una situación de crisis similar, independientemente de si se dispone de un modelo de Seguridad Social (Alemania) o de Sistema Nacional de Salud (Reino Unido). ¿Qué aspectos te parece que corren más riesgo en nuestro sistema? ¿cuáles son sus debilidades? ¿no bastaría con inyectar más dinero en el sistema?
Máñez: ¿Más dinero? Esa solución implica seguir haciendo las cosas de la misma forma y dar a entender que todo funciona bien. Y si un sistema no es eficiente, y las cosas no se hacen bien, inyectar más dinero no mejorará la eficiencia. Las debilidades las sabemos todos, pero preferimos ocultarlas: medicalización de la sociedad, variabilidad de la práctica médica (por mil motivos, unos lógicos, otros rechazables), estructura organizativa débil y nada acorde con la realidad sanitaria y social, etc. No falta dinero, faltan ideas y voluntad de cambio... Hay muchos países que con menos dinero tienen un mejor sistema que el nuestro, ¿por qué? Además hay que distinguir que quiere la sociedad (mejores niveles colectivos de salud) y que quiere el ciudadano (mejor atención sanitaria individual).
Mayol: Hablas de voluntad de cambio, pero cuando escuchamos de vosotros, gestores, que tenemos que cambiar, temblamos. Y cuando esas mismas palabras las pronuncian los políticos, cunde el pánico. No nos fiamos. Pero también hay otros motivos, lo que es incluso peor. Ni siquiera los médicos tenemos una idea clara de lo que el cambio significa. Unos quieren más Estado controlando el sistema. Otros defienden exactamente lo contrario. Unos quieren incrementar las plantillas, otros incrementar sus sueldos, algunos repartir el trabajo. Hay muchas agendas, públicas y ocultas, entre los médicos. Por eso la pregunta es obvia ¿por qué tenemos que cambiar nuestro sistema? ¿Nos importa lo que dicen los ciudadanos?
Máñez: Muchos profesionales cuidan exclusivamente de su parcela y les cuesta darse cuenta de la realidad de un sistema tan complejo y fragmentado como el sanitario. Con tantos intereses, tantos grupos de presión y tanta costumbre asentada, nadie sabe qué cambiar, y los profesionales acaban aceptando formas de trabajo que, además de ser ineficientes, no funcionan. Es fácil tener visiones parciales, pero la de conjunto es complicada: ni todo deben proponerlo los expertos y las corporaciones profesionales, ni todo debe ser dejado en manos de profesionales, gestores y políticos. Pero, ¿realmente hace falta cambiar? Los ciudadanos lo confirman en encuestas como el reciente barómetro sanitario ya que casi un 50% de los encuestados manifestaron que el sistema funciona bien pero necesita cambios. Y los ciudadanos son nuestra razón de ser.
Mayol: Si dispusiéramos de una "masa crítica coherente" no habría tantos problemas. Pero no existe, porque aunque ninguna otra organización cuenta con tantos individuos tan extremadamente cualificados e inteligentes como el SNS, resulta tarea casi imposible alinearlos. Más aún con la fiebre legisladora que convierte cualquier proceso en interminable. Y eso es, a la vez, una fortaleza y una debilidad. Más bien lo segundo cuando se intenta emprender un gran cambio. Es indudable que todos compartimos los valores que sustentan el SNS, pero carecemos de un liderazgo que transforme esos valores en una visión compartida. Tomemos el famoso Informe Abril Martorell ¿Cuál fue el motivo de que tan bien considerado análisis no sirviera para nada? Pues que además de ser políticamente incorrecto, puso bajo los focos todos los problemas intrínsecos al sistema sin tener en cuenta la falta de liderazgo para resolverlos.
Máñez: Sin embargo, la solución no es sencilla de implantar. Además de crear una masa crítica, exponer una serie de ideas lógicas de cambio y que se creen los mecanismos necesarios de puesta en marcha y de reforma, es necesario vencer todas las barreras al cambio existentes. En esto, las organizaciones que existen alrededor del sistema tienen mucho que decir, tanto colegios profesionales como sindicatos, asociaciones, partidos políticos, etc. ya que es necesario un acuerdo casi total Por otra parte, todo cambio genera miedo, no saber que rumbo tomará la situación, y algo muy importante: puede cambiar la tradicional distribución de poder interna. Para evitar presiones y que el propio sistema impida el movimiento, es necesario romper esquemas prefijados.
Mayol: Para derribar barreras, todos los implicados deben exponer sus ideas y sentirse participes del resultado de una decisión crítica: seguir haciendo lo mismo pero de manera más compleja o hacer las cosas de otra manera y más eficiente. Y al hablar de implicados me refiero a profesionales, ciudadanos, "administración", políticos y organizaciones sociales. Partiendo del acuerdo sobre los deseables valores fundamentales del sistema sanitario, debemos elaborar un pacto político, sindical y profesional valiente y trasparente entre todos.
Muchas coincidencias
No puede ser casualidad que dos personas del sistema, pero alejadas física y profesionalmente, vean igual un mismo problema. Por ello proponemos crear un foro de pensamiento sanitario creativo, disruptivo y de código abierto, en el que políticos, agentes sociales, profesionales y ciudadanos expongan públicamente su visión y den forma al liderazgo capaz de conducirnos por el camino que lleva a un mejor y más moderno Sistema Nacional de Salud.
No puede ser casualidad que dos personas del sistema, pero alejadas física y profesionalmente, vean igual un mismo problema. Por ello proponemos crear un foro de pensamiento sanitario creativo, disruptivo y de código abierto, en el que políticos, agentes sociales, profesionales y ciudadanos expongan públicamente su visión y den forma al liderazgo capaz de conducirnos por el camino que lleva a un mejor y más moderno Sistema Nacional de Salud.
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